sábado, 18 de julio de 2009

No Hay Mas Amor

(Carta encontrada en los archivos de la policia, con fecha 20 de Noviembre de 1980)

¡Hermosa noche aquella!, Misericordiosos los dioses que ponen magnificentes letras en lo alto del cielo nocturno. Que ganas de aprender a leerlas, comprender su significado y predecir todo suceso escrito de antemano por tan bastos seres. ¿Llegaremos algún día a ser tan grandes como ellos? Por ahora solo me interesa sacarle un poco de masa a mi corazón, no engrandecerlo como hubiera querido que pasara antes de conocerla a ella, pues ahora sé que el amor es la fuerza que pone en marcha el intrincado mecanismo del universo, y que también es una energía poderosamente destructiva para quien ose experimentarla como yo lo hice hasta aquella noche. Mientras me sentía consciente y agradablemente cegado por este mismo sentimiento. ¿Que aberrante lo que afirmo ahora no? Pues no lo es tanto, luego de amar como lo hice hace un año, habiendo deseado incluso el olvido eterno por parte de los seres de esta tierra, aunque no sin antes advertirles como el sentir amor descontrolado puede llegar a ser desastroso hasta para el alma más dura. O bien, el cómo puede endurecerla, sabiendo que el amor que uno siente no es retribuido de la manera deseada, como lo quise hasta ese momento.
Es una noche casi perfecta, y lo sería sin su magnifica presencia. Toda ella, robándole la belleza a mis amadas estrellas. Su cara, su pelo y sus labios eran completamente perfectos para mi. Su voz, la música mas perfecta que jamas escuche en mi vida. Y los sueños que me infundia, desplazando incluso las terribles pesadillas que tanto disfrutaba cada noche. Ahora me sentía como el ser con mas felicidad acumulada en el alma sobre este basto planeta, tan solo deseaba que su corazón me perteneciera, y que lograra sentir lo mismo que yo. ¡Tantos sueños antes de este momento! Ahora por fin estabamos los dos solos, los dos siendo mas grandes que el infinito mismo, los dos jugando a ser reyes dentro del inmenso abismo de nuestras mentes. Nada mas importaba, solo ella... y yo.
Lamentablemente, esto no era mas que mi propio corazón haciéndome ver una posible realidad. ¡Es cierto! Lo sabia, y ahora reconozco que desplacé conscientemente ese miedo al rechazo. Ahora lo sé sin ninguna duda, ese gran engaño fue mi gran error.
Ella fue una gran maestra, fue ella quien me enseñó que mi camino no era aquel, y aunque logré amarla con todas mis fuerzas, su enseñanza me mostró un nuevo rumbo. Solo sé que su presencia marcó el amor para mi, y que ahora eso solo debe permanecer como un recuerdo para mi sucesor en el tiempo. El amor ahora lo es todo, y veo difícil el levantarme mañana luego del normal desenlace. Ya no hay mas amor, y con esto también el odio desapareció de mi corazón. Un ser sin sentimientos no vale la pena que viva, a pesar de que ha habido muchos, incluso admirados por dementes ciegos que solo buscaron en la muerte el destino de los hombres.
Ahora solo, en medio del bosque, habiendo ido de un lado para otro recordando sus palabras. Su respuesta a mi audaz petición, la de compartir mi alma con ella durante lo que queda de eternidad. Solo me quedan mi último cigarro y este vaso de vino tinto, también me queda sacar del bolsillo las dos pastillas de cianuro que aproveche de sacar de mi casa junto con el vino para pasarlas, me queda sentarme entre estos dos antiguos arboles y dejar esta carta envuelta en una bolsa plástica para protegerla de la humedad. Ahora estoy solo como ella quiso que sucediera. Cerraré mis ojos para siempre, recordando su dulce y musical voz, diciéndome lo que ella sintió, lo que me dijo por ultima vez: ...No, no te amo.

(Originalmente escrito el 12/11/2000)

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