jueves, 10 de diciembre de 2009

Carta Abierta por Sebastián Cabrera A.

“Esto es algo que escribí para todos ustedes. Es muy probable que algunos lo consideren mal redactado, y hasta yo mismo lo considero así, pues hasta la página más perfecta parece mala cuando se lee 100 veces. De todas maneras, espero que mi intención prevalezca y que, como deseo, esto se entienda y en lo posible se divulgue. Va con mis mejores intenciones. Este texto fue concebido como una pequeña catarsis. Algo que necesito transmitir, algo tan obvio y algo que no había dicho ni siquiera en palabras. No espero ni buena ni mala aceptación, no soy escritor ni pretendo serlo (a pesar de ser un pésimo-autoreconocido-poeta). Como sea, va con toda mi alma y con lo que queda de mi actualmente reconstruido corazón. Gracias por leer.”
Sebastián.

Lo más importante de todo es que entendamos que existen tres mundos: El Mundo Material, El Mundo Intelectual y el Mundo Material (son tres, y el tres mas la "idea" del tres es la suma del cuarto que completa la formula: el cuadrado, el Tetragramaton, la creación, la cuadratura del círculo). Actualmente TODOS nosotros estamos perfectamente conscientes de que el Mundo Material existe (lo podemos tocar) en cada célula que nos compone y que es/ha sido siempre, parte de todo el universo pues es intrínsicamente parte nuestra al estar nosotros mismos compuestos de materia sólida.
El mundo Intelectual sigue una línea bastante parecida, pues es la mezcla del mundo material con lo que conocemos como libre albedrío o la capacidad que tenemos de tomar nuestras propias decisiones en forma conciente, producto de una alimentación adecuada para el cuerpo físico y nuestra capacidad cognoscitiva; este mundo intelectual va de la mano con el Mundo Material, pues en nuestro cerebro "físico/material" se almacenan casi todos nuestros conocimientos, aprendizaje, vivencias y nuestra relación con las personas todas quienes nos rodean. Nuestra mente consciente vaga por un inmenso mar, que nos parece ser infinito, pero que no es más que la capacidad cerebral que materialmente viaja por nuestras neuronas y que, por cierto, se puede dañar por el uso de drogas, por la contaminación, por el uso de medicamentos e inclusive por “pensar demasiado” (Lo que nos hace ser las personas que somos se debe a un 50% nuestro ser consciente y un 50% el medio ambiente en el cual estamos inmersos).

Hasta acá todo normal y obvio, pero ¿Que pasa con el Tercer Mundo? Este Tercer Mundo Espiritual ha de ser el primero y el último, pues fue ahí donde nos iniciamos. Al parecer no tiene materia, yo prefiero decir que está compuesto de una materia demasiado sutil para nuestra vista (excepto para algunos), pero que, sin embargo, es tan real como nuestra propia consciencia y existencia. El espíritu es el alma, (Somos conscientes de nuestra Alma, ¿No?) el único de los tres Mundos que no puede morir, es la consciencia inmaterial que nos conecta con toda la obra de Dios (llámale a Dios como quieras). Es esto lo que me hace dedicarles a todos ustedes estas líneas, el saber que de los tres Mundos, el Mundo Espiritual es el más olvidado por todos nosotros, pues nos parece "no existir".

Este Tercer Mundo Espiritual debe de ser, necesariamente, el que más nos ocupe desde ahora. Pues, además de ser el más olvidado, es también el más atacado por el enemigo, quien nos ha hecho creer a través de la historia, y usando todos los medios de comunicación que le ha sido posible usar, que este mundo espiritual no existe. Sin embargo, necesito y deseo instarlos a todos a que, desde ahora mismo, nos ocupemos de alimentar a esta parte de nosotros que nos conecta como hijos de Gaia (Kya según los antiguos sumerios), ya que es lo único que nos une como seres humanos. Acá no hay color de piel, no hay discapacidad y no existen las diferencias. En este Tercer Mundo, al que les hago ver y ser conscientes de sí, podemos ser todos Dioses de bien al no poder ni existir la ida del daño, pues es el espíritu lo único que no se puede dañar ni con ataques físicos o sicológicos. En suma es todo lo que tenemos, lo que somos y lo que seremos. Nuestro espíritu es la gota de mar que nos conecta con el Gran Mar que no es más que la creación de Dios. Nuestro espíritu es aquello imperecedero que invitó a los otros dos mundos a convivir con él y no al revés. Nuestros espíritu es lo único que nos hará libres, lo único que no se podrá esclavizar jamás. Nuestro espíritu somos nosotros.

Sebastián Cabrera Acevedo

No hay comentarios:

Publicar un comentario